







Lo sorprendente y gratificante para todos fue la experiencia de sacar de la nada una figura en tres dimensiones, expresiva y real. Aunque bajo la supervisión de monitores, cada uno de los participantes consiguió por sí sólo idear, procesar y rematar una obra de arte. No sabemos quiénes estaban más orgullosos, los niños o los padres, pero hemos sido testigos que el approach creativo hacia la Navidad reúne y une a las generaciones, con lo cual ha habido algo de espíritu navideño, ¿verdad?
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